La pobreza amenaza a las mujeres en el mundo pospandemia: participación laboral en Chile y la región retrocede una década
La presencia de mujeres en el trabajo en Chile es de las más bajas de América Latina, de solo 41,2%, mientras que la ocupación en el rubro doméstico remunerado sufrió la mayor caída del grupo de países.
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Las ya precarias tasas de ocupación y condiciones laborales de las mujeres están ahora en peores términos que antes de recibir el golpe de la pandemia. De hecho, la crisis económica que ha detonado el coronavirus provocará una reducción de los niveles de ocupación femenina comparables al menos a los de hace diez años.
Esta es la realidad que ilustra la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en su noveno informe sobre el Covid-19, el cual alerta que la tasa de participación laboral de mujeres se situó en 46% el año pasado -inferior al 52% de 2019- y también más bajo que la ocupación de los hombres, que disminuyó a 69% en 2020 desde el 73,6% del año previo.
"La autonomía económica de las mujeres en la recuperación sostenible y con igualdad" evidencia que la tasa de desocupación femenina llegó a 12% en 2020, porcentaje que incrementa a 22,2% si se asume la misma tasa de participación en 2019, lo que implica 12,6 puntos porcentuales de variación interanual.
La secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, subrayó en la presentación del informe que un 56,9% de las mujeres de América Latina están ocupadas en sectores de alto riesgo en términos de empleos e ingresos, tales como comercio, manufactura, turismo, hogares como empleadores, actividades inmobiliarias y servicios administrativos y de apoyo.
En suma, el organismo de Naciones Unidas alerta que cerca de 118 millones de mujeres latinoamericanas estarían en situación de pobreza, lo que implica un aumento de 23 millones desde 2019.
Chile está en deuda
La Cepal suscribe a la proyección de las autoridades locales que alertan que en 2020 fueron 800.000 las chilenas que salieron de la fuerza laboral, lo que Bárcena mira con inquietud, pues la tasa de participación nacional femenina es de las más bajas de la región.
La presencia de mujeres en el mercado en Chile llega a 41,2% -frente al 63,1% de los hombres- por debajo del promedio regional, similar al dato de Argentina y solo por sobre Perú y México, donde la ocupación femenina es de 36,1% y 35,3%, respectivamente.
"Ya desde el inicio de la pandemia 79% de las mujeres que dejaron de trabajar, siguen fuera de la fuerza de trabajo, 20,9% desocupadas buscando trabajo y con disponibilidad", afirmó Bárcena.
El estudio lamenta que el trabajo doméstico remunerado, que se caracteriza por una alta precarización y por la imposibilidad de ser realizado de forma remota, ha sido uno de los sectores más golpeados por la crisis, y Chile es el país con peores indicadores en este punto.
Durante el segundo trimestre de 2020, los niveles de ocupación en el sector cayeron 46,3% en el país -o sea cerca de 150.000 mujeres menos en dicho período-, lo que lo convierte en el más golpeado de la región. Luego de Chile, el peor desempeño es para Costa Rica (-45,5%), Colombia (-44,4%) y México (-33,2%).
Frente a esto, la máxima autoridad de la Cepal sugiere que la región "debe invertir en la economía del cuidado y reconocerla como un sector dinamizador de la recuperación, con efectos multiplicadores en el bienestar, la redistribución de tiempo e ingresos, la participación laboral, el crecimiento y la recaudación tributaria".
El informe también deja en evidencia que las mujeres latinoamericanas equivalen al 73,2% de las trabajadoras de salud -con una brecha salarial de género de 23,7%-, cifra en línea con lo que ocurre en Chile, con un 73,6% de mujeres ocupadas en el sector y una diferencia de sueldos de 27,3%.
El plan de acción
Bárcena recomienda a los gobiernos priorizar en sus estrategias de vacunación al personal de salud -incluidas las personas en servicios asociados a limpieza, transporte y cuidados-, y a quienes operan en sistemas educativos y trabajo doméstico, con mayoría mujeres.
Además, plantea que es "fundamental avanzar en un nuevo pacto fiscal" que promueva la igualdad de género y que evite la profundización de los niveles de pobreza de las mujeres, sumando la urgencia de proporcionar un ingreso básico de emergencia para las mujeres y mejorar las habilidades digitales.
Para el caso de Chile, la autoridad destaca el incentivo a la contratación del subsidio al empleo, y señala que "se abre una gran oportunidad, porque la ministra Zalaquett y la ministra Rubilar tienen un gran diálogo entre sí (...) Ahora, tenemos una ministra de Agricultura, y eso es lo que hay que hacer, sentarse y ver cómo con el concurso de estos tres ministerios, por ejemplo, se puede lograr más todavía, promover el comercio electrónico, el marketing digital".